sábado, 19 de agosto de 2006

Cuento de Cabro Chico



Pan amasado. Empanadas. Sopaipillas. Todo con el sello de Su Mamá. Y él grita y las comparte.


Lo que mejor hace es rescatar. Así lo conocí yo (y por su culpa, conocí a ÉL); entre Rodajes y Brebajes.
Es medio cabeza de pollo, se le olvida a veces. Y somos varios los que vivimos llenos de Cuentos y Rescates.

Un día, no lo hizo más.

Me dijo que se había aburrido de ser el Papá de todos. Y me lo decía con una voz seria e imperturbable de Pro y los ojos cristalizados de cabro chico... (Y se le olvidaba que la Edad Mental Promedio era de Quince. Puros Pendejos Agrandados)

Estubo solo un rato.

Parece que se aburrió de la bulla. Parece que encontró algo de lo que estaba buscando. O como dijo el otro día, decantó nomás. Faltaba tiempo. Y sobretodo, espacio. Para que todas las piezas estubieran en su lugar.

Algunos todavía medio perdidos se preguntan cuál es el suyo. Algunos más vivitos seguimos al lado. No hubo pichangas, ni pelotas de trapo. Gente grande nomás. Tratando de NO crecer. Todavía No. Más ratito ¿Ya?

Es raro darse cuenta que mientras más cerca, más lejos se puede estar de alguien...



Hoy me dedicó un espacio -click acá- (Y Yo, un par de palabritas)

domingo, 13 de agosto de 2006

Fiestas que terminan...


La fiesta partió mil kms. antes, y yo sin saberlo.
Entre desiertos, Él fue premiado y mi corazón ebullía de orgullo. Me brotaron leguas de lágrimas inocentes [Un click acá]

Y el retorno me canta en verso mal escrito, ni en sones ni valses...

Pintar, pintarme y cambiar.
Escribir, Resumir y Renacer.
Las letanías se están apoderando de la gran Cabeza de Medusa y mientras huyo entre Morfeos, ya planes hay para la próxima escapada.

Es grave dormir para escapar.
Es más grave aún cuando Uno/a se esconde de la vida que No se quiere vivir.

No queda más que empuñar el arma.
El arma de sonrisas enfundadas en dientes.
Insomne y Loca.
Cruenta en el verbo y Pasiva en la Carne.

Dos entregas más y adiós al juego universitario. Adiós a la casa de mis padres. Adiós a la Burbuja apoteósica y la sobreprotección. Bienvenida la vida y la sangre caliente [Clamo por recetas que aceleren el tiempo, o el paso entre zapatillas de lona]