jueves, 27 de abril de 2006

Entre flores de hidrocarburos y corazones de aglomeraciones

[Caminando por una calle de Ñuñoa]


[Saldos de dulce y agraz]

Llegué un Sábado y me devolví un Domingo. No me hubiese devuelto jamás voluntariamente. El mar de lágrimas en el tur bus, del domingo a las 21 lo hizo evidente... A pesar que me dijeron una y otra vez que Santiago no es una ciudad para vivir, da lo mismo cuando se está en calma. Se reían de Mí cuando dije que buscaba recuperar mi Salud Mental, entre flores de hidrocarburos y corazones de aglomeraciones. Estaba Él y eso bastó. Quedan meses. No sé cuantos. Y no es un Adiós, tan solo es un Final. Algo así me cantó, cuando respondía mis preguntas llenas de estúpidas inseguridades... Nosotros, Todavía...

Vi cine chileno y del otro. Llegue y V for Vendetta. Pero ni tanto.

La Sagrada Familia auspicio un viaje a Viña sanguinolento. Dulce y agraz. San Martín y la gente linda, el Speed y el Wisky. Hasta Sushi... El Journal y el Huevo kitsch. No vi a Ignacio ni a Diego. Pero vi a Toto y todo bien... Y no faltan los Peros...

Uno ve violencia en la tele, pero vivirla es otra cosa. La vulneración me choca, me parte, me aterra. Un domingo en el terminal que no debió ser. Gente que maldijo el día De Resurrección... Al menos tres cuerpos sanos y solo pérdidas materiales... Y Miedo.

Santiago de vuelta y otro gusto. Resiliencia nomás digo. A sobreponerse.

Me encantó el que Kiltro fuese pseudo oriental y semi de Mike, aunque detesto el gore. Me gustó que fuese en Patronato, y verla en el Hoyts de La Reina. Me gustó ir con Cristian y con Él, aunque rabia me dio que la Isa viese la de las Tortugas, y en vez de reir, saliera de la sala toda lacrimosa. Me gustaron mis faldas rayadas de tapiz y las botas espaciales. Me gusta Santiago, y el Lastarria, y el Piano Bar, el HBH, el Pagoda y la ropa de invierno ultra abrigada. Y mis caminatas que no pudieron ser bajo la lluvia, aunque casi. Menos mal porque un par de finados por culpa del paraguas asesino... Siempre quedan cosas por hacer y gente que ver, me faltó Joaco, Seba, David y Cristóbal, los abuelos dormidos y otros despiertos.

Me gustan hoy los círculos gestálticos, me gusta la sensación de útero.

Me gusta esa ciudad porque me gusta acordarme de mis trenzas, de los dientes de leche y las botas de hule azul y las rojas, de los montgomerys, de las trenzas infinitas y los ojos siempre chinos. Santiago fue testigo de Mí, siendo niña. Hoy me ve mujer, grande, telesérica y eufórica. Adulta aunque duela. Y me susurra que falta poco, que ya nos vemos de nuevo.

Y me dice despacito que Lo cuida, que Lo vigila. Que Lo mantiene sanito hasta luego. Hasta que el saldo del celular quede en cero, y que no importe porque mi piel le habla, más que las palabras.

Me dice que ya va, que no llore con las lágrimas de niña chica del bus. Falta poco. Y capaz que hasta caminemos los dos bajo la lluvia, que hasta en vacaciones pintemos ángeles en Farellones.

Nadie sabe. Y ese dolor en la carne, pinta risas en el alma.

Veinte horas de ida y veinte de vuelta, para un Te Amo, en vivo y en directo.

viernes, 7 de abril de 2006

Chao ...



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En la capital hasta nuevo aviso.
Dejo las cáscaras acá.
Los lamentos y el olor a tesis.
[No. Ése me lo llevo]
¿Libre? Por unos cuantos días.
Reencuentro con el útero cosmopolita. Lo siento, la provincia me sale hasta por los poros.
Ojalá me cantes las canciones que escucho.
Ojalá entre smog no me pierda.
No te pierdas.

Chao.
Hasta nuevo aviso.
...
¿Qué metro me lleva a San Joaquín?
[Se me sale la provincia y las trenzas encintadas]