[DRAMA DE LA VIDA IRREAL]
[NO TAN REAL]
Entro en la sala súbita presurosa, como quien camina al patíbulo en forma consciente. Amederentada con dolores en la pieza y tantos. Y Él me ve. Y lo veo.
Es un tipo cualquiera de camisa a rayas. Y ya no es más cuando se enfunda en blanco estéril. Se vuelve verdugo de mi miércoles, de mi sonrisa coqueta y mis palabras coherentes con tintes de neointelectualidad.
Y entonces me siento. Y Él estira su brazo mecanobiónico cubierto de plástico y me inserta el veneno adormecedor. Todo con el encanto de un asesino serial.
Y la ansiedad a mil convertida en cascadas salivosas estallando en mi paladar. Y Yo cierro los ojos porque ya me sabe a sangre muerta la boca.
Y le veo el otro brazo. El que no es de alta tecnología. ¡Y lo veo que tiembla! Oligofrénico, enajenado, enfermizo, toma el control de la máquina rompe-dientes-mata-caries.
Y entonces me siento. Y Él estira su brazo mecanobiónico cubierto de plástico y me inserta el veneno adormecedor. Todo con el encanto de un asesino serial.
Y la ansiedad a mil convertida en cascadas salivosas estallando en mi paladar. Y Yo cierro los ojos porque ya me sabe a sangre muerta la boca.
Y le veo el otro brazo. El que no es de alta tecnología. ¡Y lo veo que tiembla! Oligofrénico, enajenado, enfermizo, toma el control de la máquina rompe-dientes-mata-caries.
Y golpea al tipo de rayas enfundado en pulcritud. Ultraviolencia. Lo remece hasta el coma.
¡Y tiembla más!
Y Yo sujeta en la silla torturadora, la mesita de implementos pro dolor detienen mi escapada automática. Y trato de golpearlo con las piezas faltantes, la jeringa metálica, los vasitos de plástico y el agua del enjuague, con las agujas con restos de huesos fenecidos. Y febrilmente lo ataco. Lo golpeo furiosa en la muñeca androidea.
Chispazos y circuitos sanguinolentos inundan toda la cerámica clorificada.
Y en vez de la gloria, me baja la culpa.
Y le veo las venas de cobre forrada en plásticos coloridos, y me baja la nostalgia.
Pienso en R2D2... En entes inanimados del imaginario colectivo y lo Pop.
Y una chispa me pega en la sien.
Y entonces de nuevo siento la incapacidad de palabras. Me siento la oralidad mutilada, los labios rotos. La lengua inflamada y coaguladas palabras escritas por el titileo inconstante del brazo biónico sobre su musculatura parlanchina.
Y ese sabor a sangre muerta, y la aguja ponzoñosa en el costado inzquierdo...
Y me vuelvo serial killer.
Y me limpio la sangre robotica de la cara.
Maté a mi dentista Hoy.
Lo maté porque tiene Parkinson.
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