sábado, 30 de septiembre de 2006

Conversación de Micro



- ¿Te proyectai con ella?
- Si pudiera, me caso mañana.

El FE es un tipo cleaver que trabaja conmigo en el café.
Es un ser humano respetable y está enamorado.

- No soy cortoplacista. Cuando "nuestros" objetivos puedan convivir, ahí sí.

Obvio que quería oír algunas claves masculinas.
Obvio, que quería reafirmar mi enamoramiento por mi ÉL, oyendo a un tipo enamorado.
Obvio que NO resultó.

- Sorry amiga pero hay que ser realista. ¿Estar juntos 4ever? No sé. Quien sabe.

Cuando lo besé en la mejilla y lo vi partir, me frikié. Convulsioné mentalmente (¿Es posible eso?).

- "Si sé que te vas" "Si hay que llorar, que sea mañana. Hoy Te tengo. Y tú a Mí..."

Y me mordí infinitamente las uñas escasas. Me sentí mentirosa. Discursiva. Poco real.
Un día, así como hoy, dejé atrás las frases gramaticalmente correctas. Dejé la discursividad y me volví fiera apasionada. Empecé a amar. Crudamente. Sin filtro alguno. Amar dejó de ser una palabra en rosa y pasó a ser piel, a formar parte de un vocabulario extinto, telarañiento, donde los sentimientos se escribían con borrones, con errores, solo en el blog. Derramé lágrimas y risas por doquier. Y no me arrepiento.

Amar es lo más entretenido saludable y recomendable. Sobre todo si es espontáneo. Y especialmente cuando corroe las planificaciones. Los proyectos de vida se inundan. Porque el amor se infiltra y no respeta.

Cuando pensé todo esto, se detuvo la espuma saliente de mi boca. Recobré el conocimiento. Y le pedí al señor chofer que detuviera la micro. Miré el cielo, y caían truenos sobre Antofagasta. ¡Truenos!

$350 pesos me costó un viaje al Inconsciente. Me dejó feliz en la puerta de mi casa. Pensando en que los truenos que caían y las lágrimas celestes habían sido producto de mis propias convulsiones.




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