Urdiendo motivos para embriagarme entre lágrimas, el ocio terminó por distorsionarme cognitivamente, unas setecientas veces al menos, esta semana. O sea, en buen español mal hablado: Estuve toda la semana pensando huevadas. Pasandome rollos inútiles y metaforizando sonetos escritos con mala ortografía. Y no quise escribir sobre vidas míseras. Más encima inexistentes.
[Definitivamente el ocio daña la curva prematura de la sonrisa]
La curva va en aumento. Trabajando a full. Bajo el alero del sueldo mínimo, que permite ciertos lujos, cuando aún se vive con los padres y se es categorizado como alumno regular. Y me doy un lujo, un Voy y Vuelvo por el wikén.
[Definitivamente el ocio daña la curva prematura de la sonrisa]
Actividad. Actitud. Acción. ¿Acción? Comienza en acto Dos en la capital. Buen pronóstico, no climático. Presagio de buen desenlace. Presagio de día Siete.
[Esto queda entre Nosotros]
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