viernes, 5 de noviembre de 2004

Disociaciones

Tengo una ensalada de palabras en la cabeza. Acompanamiento perfecto de dias de sueno, trabajo y rarificas conversaciones. Pero bien y punto. La mala pata se desfiguro y adquirio una nueva significacion: good luck. Ayer sono el movil con la confirmacion de un jugoso pituto [siempre bienvenido para el que carga el estigma de estudiante promedio con credito fiscal -ja-] asi es que por lo tanto vuestra "querida" ultra parte rumbo al evento de Javiera Parra y Los Imposibles en Antofagasta. Estrictamente admitida cualquier persona capaz de inventir 16 mil pesos en musica. No todos. Pero esto no es lo importante. Mas rato me dara para una critica social bastante enrojecida por lo demas. Por el cuento de la discriminacion politicamente correcta y demases. Basta.

Gracias al aporte privado en la vida de esta nortina mujer; hoy me di el lujo de pasear junto a mi bella madre y el Ignacio por las calles de la ciudad, practicando el no siempre asumido "deporte" del shopping... Pero tampoco esto es de relevancia. Netamente contextualizacion.

Mi madre da para mas que un parrafo de post. Pero hoy logre emocionarla. Sin palabras. Con un gesto simple que la quebro entera. Se le llenaron los ojos y antes de hablar pudo solo suspirar y emitir balbuceos. Y mi madre es la madre del cordero y la genesis del "por mi no atraviesan balas". Franca sensible y acorazada. La invite a tomar helados y logre que me dijera un millon de cosas con solo mirarme. Como solo pueden hablar quienes te dieron la vida. ella se emociono por el gesto porque necesitaba de un alguien [cualquiera] que la sacara de tanto dolor que habia pasado los dias anteriores. Y es verdad que las palabras pueden decir nada. Los hechos son los que pesan. Cuando la semana pasada estuvo en la capital, ella no necesitaba que voces graves o pseudoamistosas se le acercaran y le dijeran que mi abuela [su mama] mejoraria pronto. Que todo estaria bien. Y Dios gracias asi fue. Ella necesitaba un brazo amigo un espacio sano donde callar las voces y empezar a escuchar su propio dolor y miedo. Y no pudo. Hoy si.

Con el Ignacio y sus zapatillas nuevas [el par viejo en la cajita], y ultra la que se cree superpoderosa y hoy derrumbada sin psicologia grandilocuente. En un MC Donalds. Cero contexto afectivo. A mi mama no le importo, habia llegado a buen puerto con buenas noticias. Y con los suyos. Los de su vientre. Los que si saben callar cuando se rompe el espejo. Las barreras los miedos. Porque hay sangre y amor incondicional. Porque una mirada basta. Me quebre al ver a mi vieja llorar. Me dio lata ser incapaz de hacer lo mismo. De estar siempre esperando momentos perfectos, parques, plazas, tiempo; para simplemente decir lo que me pasa, o hablar un rato. Me senti mal, porque no parece tan dificil... Me dolio permanecer incolume por tratar de hacer todo en su justo tiempo, en su justa medida, cuando al final estoy disociando lo que siento y pienso. No estoy escuchando a mi cuerpo. Me estoy volviendo de piedra.

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