jueves, 22 de septiembre de 2005

¿Me afirmas el cielo?

¿Me dejas bajarme de tus sueños?


[La tierra se mueve bajo mis pies]
Se me van los pasos.
¿Te dije que me siento en un abismo que me pega patadas en la cara? ¿Te dije que el miedo ya No tiene un solo Nombre? No me está dando el cuerpo. Me está doliendo más. Teniendo en mis manos y mi cabeza las claves: No Me Está Resultando. No me gusta el sueño que tuviste mientras yo estaba en tu vientre. Cuando me alimentaba de tí. Yo sé que Hoy eres tú la que vives de mis historias. De las sonrisas de plástico que te muestro a la hora de almuerzo, mientras te pierdes en la caligrafía de mis apuntes. Se me resquebrajan las expresiones acrílicas cada vez que te oigo maldecir mis malas inversiones de tiempo teatrales o literarias. Te cuesta reconocer que también lo sabes. Que no me ves feliz. O no ese Cien que te gustaría. Tu hija grande está haciendo algo más por tí que por ella. Cementando una vida inexistente por la pura culpa de hacerte feliz a tí. Y es tan estúpidamente cobarde que ya lo hace No solo por tí. A ella en su mundo de mentes-abiertas, le cuesta reconocer que otro fracaso sería inaceptable.
Y le está doliendo y tú lo sabes.
Y eso, te da más pena.
¿Me dejas romperte la sonrisa de plástico?
¿Me dejas soñar un poco a mí?
Mamá: Acuérdate que Me dan miedo las alturas.

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